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“Se tiene que viajar para aprender” Mark Twain

Alguna vez, entre la escritura de un libro y otro, o tal vez durante su etapa de piloto navegante en el Río Misisipi, Mark Twain hizo la siguiente aseveración: “Se tiene que viajar para aprender”.

Anteriormente nos hemos ocupado de la transformación emocional que experimentamos cuando nos enfrentamos a otras formas de vida: tolerancia, empatía, autoestima, etc. Pero reflexionando sobre las palabras del escritor norteamericano ¿Existe realmente la posibilidad de adquirir herramientas que vayan sumando a nuestro acervo de conocimientos prácticos? ¡Aquí te va una lista que nos hace pensar que sí!:

  1. Experiencia financiera: Cuando decides salir a dar una vuelta, aunque sea por un fin de semana, tienes forzosamente que planear un presupuesto. Pero además, la mayoría de las personas proyectan un esquema de ahorro para poder llevar a cabo la aventura. Como comprenderás, todo esto repercute en tu forma de gastar, invertir o guardar tu dinero. En fin, que para lograr realizar un sueño, bien vale la pena guardar la cartera.
  • Toma de decisiones: Cuando estamos en nuestra rutina diaria, controlamos perfectamente nuestro entorno y podemos ponernos en modo automático. Pero cuando estamos en entornos desconocidos, necesitamos tomar una gran cantidad de decisiones que forzosamente tienen que ser pensadas y confirmadas: qué medio de transporte necesito, dónde desayuno, como y ceno, qué lugares visito y en qué horarios y un largo etcétera de situaciones que prever. Y al volver a casa sentir ese orgullo de que, una vez más, logramos superar la prueba y además con facilidad.
  • Flexibilidad y adaptación: Es innegable que, para poder hacer un viaje, necesitamos un plan y como decíamos en el punto anterior, decidir correctamente para que todo se logre, pero, así como la vida misma, tenemos que considerar que las cosas pueden no darse como esperamos; tal vez un día lluvioso, un retraso en nuestro medio de transporte, una atracción cerrada o incluso un día en el que no hayamos escuchado el despertador ¡No pasa nada! Una de nuestras mayores fortalezas es saber improvisar y gozar de la incertidumbre que muchas veces, nos sorprende para bien.
  • Simplicidad y practicidad: Cuando haces un viaje te das cuenta de lo poco que necesitas para sobrevivir. Las cosas materiales pasan a un segundo plano porque descubres que una maleta pesada llena de pertenencias que no usarás, es una carga innecesaria. Querrás emplear tu tiempo y energía en salir y conocer todo lo nuevo, no perder tiempo escogiendo entre los 5 suéteres que más resalten el color de tus ojos. Y esto, aunque parezca una broma, repercutirá en tu forma de ver la vida, reordenar tus prioridades y darle más peso a lo verdaderamente relevante.

¿Qué te parece? Vale la pena darle una oportunidad a esta universidad de la vida viajera ¿No crees?