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Prejuicio y cultura, la gran batalla a través de los tiempos.

Josué de la Fraga | Opinión: Entretenimiento Digital


Hasta el siglo XX las artes estaban meramente destinadas a ser contemplativas, una experiencia estética para los sentidos visual y auditivo. Gracias a las técnicas, tecnologías y medios de expresión emergentes, los estudiosos se ven obligados a discutir permanentemente cuáles deben ser considerados para incluir dentro del universo de las artes. Las más recientes han sido la fotografía y el comic y aún sigue el debate sobre la moda y las artes interactivas o videojuegos.

Las artes son una fuente de cultura imprescindible y benéfica para todas las sociedades desde siempre y para siempre. Y como sociedad, pero también como individuo, por cada arte que ignoras apreciar pierdes la extraordinaria oportunidad de conocer infinitos tipos de realidades, mundos, tiempos; y de cultivarte como persona.

Ninguna técnica de comunicación naciente a lo largo de la historia ha estado libre de prejuicio, ha pasado un largo periodo de comprensión hasta que las sociedades finalmente logran asimilar un medio, ya sea por su impacto en la forma de vivir o por que las generaciones avanzan y las mentes prejuiciosas van cediendo el mundo a los jóvenes con mentes más dispuestas.

Por todo lo anterior, que los videojuegos sean considerados la décima arte, no está libre de polémica. Pero la alerta que debemos tener es justamente la del prejuicio, a pesar de ser el medio más popular consumido por el mundo moderno sin importar género o edad, aún existen quienes que creen que sus hijos van a ser asesinos por experimentar los videojuegos o vagabundos buenos para nada.

El bloqueo e impedimento que representa el prejuicio.

El nombre de “videojuego” es convencional y dado en sus orígenes del medio, sin embargo, hoy día lo que nos concede es mucho más que mero juego o entretenimiento. Hay maravillas sublimes y epatantes como Journey, Gris o Flower. Joyas narrativas como Old Man’s Journey, The Last of us, What Remains of Edith Finch o The Witcher. Escenarios inolvidables como Bloodborne, Xenoblade Chronicles, Death Stranding, Dishonored o Red Dead Redemption. Experiencias épicas como Gears of War, Uncharted, The Legend of Zelda, God of War o Resident Evil. Mecánicas de juego tan geniales como cada aventura de Mario Bros, Portal, Ori and the blind forest, The Witness o Horizon Zero Dawn. Pericias llenas de furor y adrenalina como Fortnite, Overwatch o League of Legends. Filosóficos y existencialistas como Bioshock, Metal Gear, Life is Strange o Nier: Automata.

En fin, por más ejemplos que intente poner en este texto jamás lograré abarcar la inmensidad de experiencias interactivas que existen hoy día y que, si aún eres de ese cada vez menor porcentaje de personas que ven a las artes interactivas con prejuicio, entonces te estás perdiendo de un universo de vivencias con todas sus maravillas y la forma de arte única que solamente puede proporcionar el videojuego y su enorme valor cultural creciente.

Aún falta mucho por explorar con los videojuegos, pasa como cuando Juan de la Cuesta imprimió la primera edición del Quijote, que quizá no sabía lo importancia que tendría el libro en el futuro.

La cultura no es algo inmutable, sino que va evolucionando. Haz lo posible por evitar que tus conocimientos se queden desfasados. Vive las artes, incluyendo las interactivas, hay millones de universos, historias, experiencias y emociones que explorar en el mundo de los videojuegos.