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Morir es toda una fiesta

Estando ya a muy pocos días de que se celebre una de nuestras festividades más importantes: el famoso día de muertos (por lo menos en el centro-sur de nuestro territorio causa un gran revuelo) resulta interesante saber en qué otros países existe un enfoque cercano y natural hacia esta certeza universal que tanta reflexión ha provocado a la humanidad en todas sus épocas.

De entrada, es importante decir que esa proximidad y actitud desenfadada que compartimos como sociedad con respecto a la muerte, causa estupor  y extrañeza en otras latitudes, pues otras culturas han desarrollado un enfoque de mantenerla lejos, de no invocarla y evitarla a toda costa. Y es por esta razón que no comprenden cómo el miedo asociado a este momento de la vida, aquí pueda significar fiesta, alegría y reunión.

Es interesante saber, sin embargo, que no es sólo en México que existe una perspectiva positiva y juguetona con respecto al momento en el que tengamos que dejar este mundo terrenal. Acá te compartimos algunos lugares en los que la muerte también es una fiesta:

En Ghana, un pequeño país situado al oeste del continente africano, un velorio significa un evento social mucho más importante que cualquier otra fiesta familiar. Y es por esta razón que informan de la defunción de algún ser querido, haciendo anuncios que se colocan en las vallas publicitarias de las carreteras. Su creencia es que mientras más personas asistan a despedir al fallecido, más se le está honrando de la manera que se merece. Quizá, una de las características más originales del ritual ganhés, es la selección del ataúd, pues éste siempre se fabricará acorde con el oficio que el finado llevaba a cabo en vida. Así que no es raro ver ataúdes en forma de peces, para los pescadores o aviones para los pilotos.

Indonesia tiene uno de los ritos más originales y elaborados que existen, pues la etnia Toraja,  en su cosmovisión, incluye el concepto de que la muerte tiene varias etapas, esto quiere decir que cuando dejan de respirar, digamos, es el momento para empezar a preparar el viaje al Puya, o la tierra de las almas, y esto inicia con la momificación de los cuerpos, que en ese estadio no se consideran completamente muertos, y por eso, conviven con ellos, meses o a veces hasta años, prodigándolos con todo tipo de atenciones: se les ofrece comida, alcohol y tabaco durante el tiempo que la familia va ahorrando para poder hacer LA celebración fúnebre, en la que por supuesto hay música, canto y comida para multitudes.

Por último te contamos sobre la Famadihana, una tradición de la etnia malgasi de Madagascar y que consiste en desenterrar a los muertos, vestirlos y sentarlos a la mesa para compartir una comida familiar, después de haber participado en una procesión. Todo esto con la intención de que las nuevas generaciones conozcan y departan con sus antepasados.

Como constatarás, la muerte puede tener miles de significados, lo importante es que se piense en ella con la idea de que hay que, primero, honrar la vida para después poder hacer lo mismo con la muerte.