La obra cumbre del nacionalismo ruso, a través de RADIOMÁS
- “Boris Godunov”, ópera en un Prólogo y cuatro actos en su orquestación original. Grabación de Claudio Abbado con la Orquesta Filarmónica de Berlín.
Jorge Vázquez Pacheco.
Xalapa, Ver. – En la continuidad de su programación tendiente a difundir el arte lírico y la creatividad musical para la escena, “La radio de los veracruzanos” difundirá este miércoles 7 de junio a las 21:30 horas “Boris Godunov”, la obra de Modest Mussorgsky que se contempla como la cúspide del nacionalismo ruso.
La audición se ha programado como repetición del espacio sabatino, ya que el reciente 2 de junio se lanzó inicialmente al aire como parte del espacio denominado “La voz humana en la música”, programa incorporado a la radio estatal prácticamente desde su fundación.
Para la emisión de referencia se ha utilizado el registro de 1993 efectuado por el director italiano Claudio Abbado al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín, una grabación que “transmite como nunca antes la urgente inspiración del compositor”, según redacción publicada por la revista especializada Penguin. Con un elenco básicamente ruso y eslavo, en que solo dos roles asignados al barítono estadounidense Samuel Ramey y al tenor británico Philip Langridge, el papel principal fue responsabilidad del bajo ucraniano Anatoli Kotscherga, cuyo desempeño artístico en la recreación del atormentado zar ha sido calificado como “glorioso”.
El compositor que no creyó en sí mismo
Caracterizada su obra por su lenguaje musical áspero y distanciado de sutilezas, Modest Mussorgsky ejerció una destructiva autocrítica emanada de su condición de empleado de la burocracia y por su carencia de una forja artística formal. De hecho, ninguno de los integrantes del “Grupo de los cinco” la tuvo, aunque al día de hoy se les ubique entre los más estacados exponentes de la corriente nacionalista decimonónica.
En su propio momento, Mussorgsky fue señalado por sus colegas como un talento falto de lustre y urgido de tutoría “civilizada”, de modo que después de su muerte, su amigo Rimsky-Korsakov hizo suya la responsabilidad de “pulir” y reorquestar sus dos únicas óperas. Mussorgsky fue un hombre sistemáticamente acosado por el infortunio. Su madre murió en 1866, lo que se tradujo en una mortificación que lo arrojo hacia un alcoholismo torturante y desenfrenado.
Despojado de la figura materna –jamás contrajo matrimonio–, los excesos en la bebida que nunca logró controlar precipitaron su final; fue despedido repetidamente de los empleos penosamente conseguidos y aunque recibió ayuda de sus amigos, hacia las últimas semanas de su existencia dio por frecuentar los tugurios más sucios y deprimentes. Murió en marzo 1881, en un hospital de beneficencia de San Petersburgo. Contaba con 42 años.
Poco tiempo transcurrió para que la fortaleza de su talento comenzara a apreciarse, aunque aquella áspera expresividad no dejaba de levantar severas sospechas por su naturaleza “bronca” y carente de delicadezas, de modo que el barniz de romanticismo tardío aplicado a sus creaciones se mantuvo inalterado hasta que un grupo de maestros, con Dmitri Shostakovich a la cabeza, decidieron que el mundo merecía conocer el producto original de aquel infeliz talento.
La génesis del drama
La personalidad histórica del zar Boris Godunov es aún tema de polémica. Para algunos, fue un gobernante bondadoso y benévolo que tuvo la desgracia de sufrir las consecuencias del descontento popular provocado por diversas desafortunadas circunstancias, entre ellas, una devastadora hambruna. Para otros, fue solo un líder oportunista cuya codicia por convertirse en zar le condujo al infanticidio. Aleksandr Pushkin, el más importante poeta ruso, estaba convencido de esto último y sobre ello se apoyó el compositor para su ópera.
El flanco oscuro y siniestro de Boris fue el tema en la obra de Pushkin. El poeta daba como un hecho que Godunov ordenó el asesinato del hijo de Iván el Terrible, en 1591, para asegurar su propio acceso al trono de Rusia. Finalmente, en el epicentro de una vorágine de conflictos políticos e inconformidad social, murió repentinamente en 1605. La leyenda popular indica que le mató el remordimiento por asesinar al niño que era el legítimo heredero, y que fue el poder divino lo que hizo que toda Rusia sufriera las consecuencias de semejante atrocidad. Al morir Godunov, se dieron las circunstancias propicias para la irrupción de la dinastía Romanov.
La carrera hacia el favor del público
Mussorgsky terminó la primera versión de su Boris en 1869, pero fue rechazada por la dirección de los Teatros Imperiales debido (según un dato difícilmente comprobable) a que carecía de rol femenino importante. En 1872 terminó una segunda versión que fue estrenada en el Teatro Mariinsky en 1874, con escasa aceptación de público y crítica.
Ante la idea de que un irredento borracho sin aceptable preparación musical no es capaz de crear algo que valga la pena, Nikolai Rimsky-Korsakov juzgó la partitura de su amigo como técnicamente defectuosa y decidió reorquestarla. Esta versión se tradujo en un todo un éxito gracias, en gran parte, al prestigio del bajo ruso Fiodor Chaliapin, a quien durante muchos años se consideró el cantante idóneo para el papel central.
La versión original de “Boris Godunov” corrobora la intención eminentemente popular de Mussorgsky. Desde el inicio se dan grandes coros destinados a la multitud (como la imponente escena de la coronación), de modo que muchos no dudan en señalar que el verdadero protagonista aquí es en realidad el pueblo ruso. El acto tercero contiene las escenas de mayor impacto en esta obra. Seis años después de su coronación, Boris se muestra como un padre benévolo y amoroso, aunque atacado por remordimientos. En su primer monólogo hace un repaso de los conflictos políticos y manifiesta sus temores ante lo que pueda suceder a sus dos hijos.
Más adelante, el príncipe Shuisky le confirma los rumores de que en Polonia se encuentra el heredero de Iván el Terrible, vivo y con preparativos para su regreso. Pero este mismo boyardo asegura que vio el cadáver del zarevich asesinado “incorrupto, en medio de cuerpos putrefactos… parecía dormir y su manecita aún sujetaba con fuerza su juguete.” Viene entonces el espeluznante monólogo en que Boris enuncia su desesperación ante la imagen del zarevich, a quien ve ensangrentado levantándose y cayendo en los estertores de la muerte. Nunca la escena operística había logrado captar con tanta crudeza la tortura de una conciencia culpable.
La orquestación original para esta ópera en un Prólogo y cuatro actos será transmitida este miércoles 7 de junio a las 21:30 horas, misma que podrá usted captar en 107.7 de frecuencia modulada, o en www.radiomas.mx
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