José Bayro C: figuras y trazos que dialogan con el espectador
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Los trazos, las formas, los colores son, sin lugar a dudas, elementos claves para transmitir ideas y conceptos que retratan la realidad del momento y de cómo se interpreta desde el punto de vista de un artista multifacético.
Arquitecto de profesión y master en artes visuales, cuyas influencias provienen de los grandes artistas plásticos mexicanos, José Bayro Corrochano es un artista multifacético nacido en Bolivia pero formado en la Universidad Autónoma de México con especialidades en gestión cultural, museografía, arte contemporáneo y filosofía.
Jose Byro tiene exposiciones colectivas e individuales en diferentes galerías y museos de México, Bolivia, Estados Unidos, Francia, Canadá, entre otros países. En su momento, recibió comentarios a su obra por parte de críticos e intelectuales de la talla del desaparecido Carlos Monsiváis.
Su obra se encuentra en colecciones públicas de todo el mundo, es colorista y sofisticada, ya que apunta a decir cosas profundas a través de la alegría y el color. Su trabajo tiene que ver con la psicología de sus personajes: figuras etéreas, ingrávidas, ligeras, muchas veces sensuales; parecen, no obstante, capaces del pensamiento y de la acción.
Los tonos de la pintura del maestro Bayro se yuxtaponen sin acabar de mezclarse; difuminados, permanecen y palpitan, hasta que la obra atrae nuestras pupilas. Sin embargo, hay épocas en que predomina un color en los lienzos, ya sean amarillos, rojos o azules.
El arte de este artista multifacético es cinético, fragmentado, con figuras recortadas y anatómicas, perspectivas superpuestas y tantos detalles que guían nuestra mirada dentro y fuera de un cuadro.
Cuenta con tres esculturas monumentales en la ciudad de Puebla, en donde reside actualmente: la más emblemática, “Hombre Azul”, domina los jardines del Paseo de San Francisco, junto al Centro de Convenciones de la Angelópolis, cuya altura es de 5 metros y está forrada en talavera policromada; representa a un sereno artesano junto a una silla de tres patas.
La obra del maestro Bayro es muy completa, trabaja en grande y pequeño formato; en óleos, gráfica, cerámicas y bronces como accesorios y joyería.
“Es importante lo que están haciendo los personajes; están a la espera de la sorpresa, de que algo les suceda. Es un diálogo entre el espectador y el cuadro, no hay una imagen directa. Son como gatillos que disparan la experiencia psicológica del espectador.
Hay un principio en mi pintura, que es la pintura colonial, los arcángeles arcabuceros. Y hay un final: Picasso. Siento que, por mi generación, yo terminé ahí.” Así define José Byro su trabajo artístico.
Ante la proximidad de la temporada de cuaresma y, con ello, la posterior época de carnavales, el artista boliviano-mexicano cuenta con diversas obras que contienen ese sentido festivo, jocoso y lleno de colores, y que muy pronto podrán ser apreciadas.
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