«Fidelio», única ópera de Beethoven, se difunde a través de RADIOMÁS
- En grabación antológica con Leonard Bernstein y elenco de primera línea.
- Una historia de arrojo y valor femenino, que prefigura la Novena sinfonía
Jorge Vázquez Pacheco.
Xalapa, Veracruz. – Este miércoles 13 de septiembre en punto de las 21 horas, “La radio de los veracruzanos” difundirá el único ejemplo operístico en el catálogo del genio alemán Ludwig van Beethoven. Nos referimos a “Fidelio”, drama escénico en dos actos con libreto de Joseph Sonnleithner, quien a su vez se apoyó en el texto en francés de Jean-Nicolas Bouilly para una ópera previa sobre el mismo tema.
Los problemas de un genio
Los analistas nos indican que Beethoven, con todo el caudaloso talento en la música sinfónica y de cámara, registró severas dificultades para concretar esta ópera y redactó a un amigo que terminarla satisfactoriamente le concedería “la corona del martirio”. Sabemos que dio inicio a su trabajo desde 1802 y la primera versión se presentó en la ciudad de Viena, el 20 de noviembre de 1805, en los difíciles días en que la ciudad se encontraba bajo ocupación militar francesa. Por lo mismo, la mayor parte de los asistentes fueron oficiales del ejército francés. Mas adelante y reducida a dos actos (la versión primera contaba con tres) se repuso hacia finales de marzo de 1806, con gran éxito. En 1814, el autor consideró conveniente darle una revisada y esta versión, que se considera como “la definitiva”, fue ofrecida el 23 de mayo de ese mismo año.
“Fidelio” procede de la que ubicamos como etapa “intermedia” de su creatividad, cuando decidió desligarse del clasicismo y sus formas para concentrar su talento en la escritura sobre elementos inspiradores extramusicales. Es por ello que la obra muestra los detalles humanos que por aquellos días interesaban al músico, como son la historia de sacrificio personal, la lucha por la libertad y el triunfo de la justicia en la eterna pugna contra el mal. “Fidelio” es así, la representación musical del heroísmo.
Con todo, ya hemos visto que Beethoven sudó la gota gorda para concluir su drama y en el mismo queda en evidencia que no era un melodista de oficio. Pero ello no fue obstáculo para dar forma definida a una trama que exige a los intérpretes, especialmente a Leonora y a Florestán, cualidades vocales supremas. Dotada de momentos memorables, entre los mismos destaca el “Coro de los prisioneros”, un canto a los anhelos de libertad entonado por los reos que acompañan a Florestán en el interior de la cárcel ubicada en la ciudad española de Sevilla.
El último cuadro, una escena cargada de optimismo, nos muestra el arribo del ministro, la liberación de Florestán y el castigo para Pizarro, el gobernador de la cárcel. Todos, autoridades y pueblo, se inclinan ante Leonora y reconocen abiertamente el singular heroísmo de una mujer que, ataviada como varón, tuvo los arrestos para penetrar hasta el interior de las mazmorras y liberar a su compañero.
Temas de notable amplitud melódica y grandes coros no solo coronan la celebración del bien sobre el mal y el triunfo del amor conyugal de Leonora y Florestán. Son también los esbozos sobre los que se definen ya los monumentales trazos que habrían de generar, poco tiempo después, el portento coral y orquestal que hoy contemplamos en la Novena sinfonía de este autor.
Para esta emisión contamos con la grabación discográfica cuyo elenco incluye a la soprano Gundula Janowitz como Fidelio o Leonora, El bajo Manfred Jungwirth como Rocco, el carcelero; La soprano Lucia Popp como Marcelina, el tenor René Kollo como Florestán, el barítono Dietrich Fischer-Dieskau como Don Fernando, con coros de la Ópera Estatal de Viena y la Orquesta Filarmónica de Viena, todos bajo la dirección de Leonard Bernstein.
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