Escuela y familia: la importancia de tomarnos de la mano
Para educar a un niño hace falta la tribu entera
Proverbio africano
La educación nunca ha sido una tarea en solitario. Tampoco es un proceso que solamente suceda tras la puerta del aula de clase. La educación nos atraviesa desde todos nuestros contextos sociales, empezando en el seno del primer grupo social que cobija al ser humano: la familia. Y una vez que la escolarización de las niñas y los niños da inicio, la familia sigue siendo parte del proceso, sin importar qué tanto quiera, pueda o sepa involucrarse. Por tal motivo, es de vital importancia que en nuestras sociedades actuales reflexionemos sobre la imperante necesidad de establecer lazos de comunicación y colaboración entre escuela y familia. Solamente de esta manera podremos establecer un frente unido que camine hacia un mismo objetivo: el desarrollo pleno de las niñas, niños y adolescentes.
Lamentablemente, en términos históricos, la relación entre escuelas y familias ha sido más bien distante. En el mejor de los casos, las escuelas y las familias establecen acuerdos en los que cada quien hace lo que le toca desde sus trincheras, pero sin implementar acciones en donde ambas se involucren desde una comunicación horizontal. Particularmente en los últimos años se ha observado un distanciamiento cada vez mayor entre estos dos agentes educativos, que ha quedado de manifiesto en redes sociales. Por una parte, las familias reclaman a la escuela falta de calidad en el servicio y de compromiso por parte de los docentes, en tanto que estos últimos manifiestan un apoyo cada vez menor de las familias, alentado en parte por la falta de tiempo para participar de las actividades escolares pero sobre todo por el desinterés en acompañar los procesos educativos de las y los estudiantes. Este enfrentamiento, más que distanciar a ambas partes, debería ser el punto de partida para reflexionar sobre cómo podemos transformar esta relación de forma positiva.
En este sentido, la pandemia puso de manifiesto las dificultades que madres, padres y familiares vivenciaron durante el cierre de las escuelas. El acompañamiento educativo requiere de algo más que buenas intenciones y esta problemática nos hizo darnos cuenta de lo necesario que es brindar las herramientas para que las familias puedan ser partícipes de una forma más activa y consciente de la educación de sus hijas e hijos. De igual manera, desde las instituciones educativas el personal docente manifiesta lo necesario que es contar con el apoyo de las familias en los procesos educativos de las y los estudiantes.
Sin duda, es el momento de construir puentes y no trincheras. Solamente a través de la participación de todas las estructuras de la sociedad, pero particularmente de aquellas que están más presentes dentro de los procesos formativos de niñas, niños y adolescentes, lograremos afrontar los efectos negativos de la pandemia en su desarrollo académico, social y emocional.
Si desean conocer más del tema, les invitamos a estar al pendiente del programa vespertino de Educa-Conciencia, todos los sábados en la programación de RADIOMÁS. En el episodio “Cómo acompañar a nuestras hijas e hijos de educación inicial y preescolar” la Dra. Monserrat Bravo-Delgado, experta en Educación y Participación social les dará recomendaciones para colaborar con las instituciones educativas de estos niveles. De igual manera les compartimos que encontrarán más información sobre estos temas en el libro “Innovar en tiempos de COVID-19: Tendencias y retos en la educación del contexto mexicano” por la editorial Peter Lang, con la colaboración de investigadoras e investigadores de diferentes instituciones educativas, el cual pueden adquirir en línea: https://www.barnesandnoble.com/w/innovar-en-tiempos-de-covid-19-leticia-nayeli-ram-rez-ram-rez/1143199772