El efecto Matilda y por qué la ciencia no quiere que haya más mujeres como ella
Matilda Electa Joslyn Gage fue una activista norteamericana, luchadora del sufragio femenino, activista abolicionista, libre pensadora y autora prolífica y cuya transcurrió en una casa que era a la vez parte de una red clandestina de apoyo a esclavos (conocida como ferrocarril subterráneo).
Nacida en marzo de 1826 cerca de Nueva York, Matilda tuvo acceso a una buena educación, primero de la mano de su padre y posteriormente completando una etapa más formal en el instituto Clinton. En 1945 se casó con Henry H. Gage, con quien tuvo cuatro hijos. Como había ocurrido con la casa familiar de su infancia, su nueva residencia también se convirtió en un punto de referencia de la Underground Railway, el apodo con el que era conocida la red clandestina de apoyo a los esclavos fugitivos. En numerosas ocasiones, acogió a personas que huían de la esclavitud en su casa, exponiéndose a multas y penas de cárcel que tuvo que cumplir.
A pesar de no ser tan conocida como sus colegas, Joslyn Gage fundó junto con Susan B. Anthony y Elizabeth Cady Stanton -representadas por una escultura en Central Park- la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer (NWSA, por sus siglas en inglés). Actuó como su presidenta durante un año y desempeñó otros cargos de responsabilidad durante los siguientes 20, entre ellos liderando la dirección y edición del periódico oficial de la organización, El Ciudadano Nacional.
El «Efecto Matilda» en la ciencia:
Durante muchos años había trabajado para diferentes publicaciones, pero fue en su etapa al frente de El Ciudadano Nacional donde pudo escribir con mayor libertad y extensión sobre asuntos relacionados con el sufragio femenino y con el feminismo en general. Cada número del periódico tenía un espacio reservado para una columna que ponía el foco sobre mujeres históricas de gran importancia, pues Joslyn Gage reivindicó durante toda su carrera el papel protagonista de figuras femeninas olvidadas.
Tomando su ejemplo, en 1993 la historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter usó su nombre para bautizar algo que ella dio en llamar el “efecto Matilda”. La investigadora había observado como a lo largo de la historia las mujeres recibían sistemáticamente menos reconocimiento por sus trabajos científicos del que objetivamente merecían. Recientemente, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) ha puesto en marcha la iniciativa #nomorematildas (no más Matildas), en referencia al efecto descrito por la historiadora W. Rossiter en el que muchas otras mujeres como Matildas son olvidadas por la ciencia.
Lamentablemente y como muchas de sus compañeras sufragistas que levantaron sus voces ya desde mediados del siglo XIX, Matilda Joslyn Gage no pudo ver sus objetivos cumplidos. Estados Unidos aprobó el voto de las mujeres blancas para las elecciones presidenciales en 1920. Sin embargo, el epitafio que acompaña su tumba en el cementerio de Fayetteville desde 1898 dejó constancia de su leitmotiv vital: “Hay una palabra todavía más dulce que Madre, Hogar o Cielo. Esa palabra es Libertad”.