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El e-mail también contamina | las plataformas digitales requieren energías renovables

¿Sabías qué algo tan sutil e intangible como una aplicación informática, puede tener un impacto ambiental negativo?

Las aplicaciones forman parte del software y éstas surgen (como muchas de las cosas que usamos a diario), de las exigencias de nuestras actividades humanas, dichas actividades afectan no sólo la cantidad, sino la calidad de los recursos naturales que existen en nuestro planeta.

El uso de estos recursos naturales ha creado políticas económicas y ambientales que deberían ayudarnos a hacer cambios positivos en nuestra conciencia y en nuestro comportamiento. Cada vez más, los investigadores, científicos y amantes de la naturaleza, van cayendo en la cuenta de que todo aquello que hagamos, debe estar controlado y regulado para que dañe lo menos posible.

La tecnología está resultando ser un hueso duro de roer por la cantidad de deshecho que produce que no se está reciclando debidamente, así como también por su derroche de energía eléctrica. Desde 1992 la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, introdujo una ley para disminuir el impacto de la tecnología en el medio ambiente.

En aquellas épocas los temas que más preocupaban a los ambientalistas era que no se sabía cuál era el costo energético real en los servicios de tecnología de la información y qué cantidad de material se necesitaba para producir el hardware (esto por la cantidad de elementos químicos para que funcionara).

La idea de desarrollo sostenible que se tenía era que dicho desarrollo satisficiera las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras.

La sostenibilidad empezó a considerarse en tres dimensiones:

  1. La ambiental –  (preservar la biodiversidad sin renunciar al progreso económico y social).
  2. Económica (actividades que buscan que la sostenibilidad ambiental y social sean rentables)
  3. Social (busca la cohesión de la población y que ésta tenga estabilidad)

En 2015, estudiosos comprometidos con la tecnología y el futuro ecológico, hablaron por primera vez del término: computación verde. Esto significa  un modelo que se basa en el estudio y la práctica de las tecnologías que supervisen la creación del hardware, software, redes, sistemas y procesos, con la intención de controlar la huella de carbono del medio ambiente.

La huella de carbono está directamente relacionada con el efecto invernadero, fenómeno en el cual los gases retienen parte de la energía que el suelo libera por haber sido calentado por la radiación solar. De acuerdo con la mayoría de la comunidad científica, el efecto invernadero en la Tierra está aumentando más y más. Éste evita, entonces, que la energía solar que recibimos constantemente en la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, y es así como se crean condiciones parecidas a las de invernadero.

Mediante las siguientes medidas se puede reducir la huella de carbono, mediadas simples y sencillas:

  • Utiliza menos los electrodomésticos
  • Desconecta el cargador de tu celular.
  • Mantén limpio tu refrigerador.
  • Camina más o desempolva la bicicleta.
  • Utiliza bolsas de tela cuando hagas el súper.
  • Regresa al termo, olvida lo desechable.
  • Reduce la ingesta de carnes.
  • Si tienes coche mantenlo en buen estado.

En el 2011 la empresa tecnológica Google publicó que en el 2010 se emitieron 1,46 millones de toneladas de CO2 como resultado del envío de correos electrónicos entre usuarios.

¿Cómo es qué enviar un correo puede contaminar nuestro entorno?

Cuando nos conectamos a internet, nos maravillamos con lo fácil que resulta obtener resultados, pero no pensamos en toda la infraestructura que se necesita para lograr que todo funcione.

Hablemos de la “nube”, donde se guarda el montón de cosas que tienen que ver con búsquedas y material que deseamos conservar. Imagina que la nube está compuesta por cajas que, en realidad son discos duros en los que se guardan archivos digitales. Estos discos duros están resguardados en edificios y oficinas que conforman centros de datos, estos centros aumentan porque cada vez hay más usuarios de internet.

En el 2015 generamos 4.423 trillones de bytes de contenido digital. Estos trillones que contienen parte de tu vida en digital, serían el equivalente en música a 526,000 millones de canciones, que, si se reprodujeran sin parar, estarían sonando durante más de cuatro mil millones de años.

Si internet fuera un país, sería el sexto del planeta por su consumo de energía, aquí llegamos al meollo del asunto, lo que hace que la tecnología de la información, las aplicaciones y todo lo que se guarda en la nube, tengan un gran impacto ambiental es fundamentalmente por el lugar en el que se ubican los centros de datos y por supuesto la electricidad que necesitan para funcionar.

Si estos centros están en países en los que la electricidad se produce, sobre todo, quemando carbón; entonces el impacto ambiental en forma de CO2, es un problema de proporciones gigantes. El panorama cambia si los mismos centros contratan suministros de energía renovable, porque de esa manera todo el CO2 deja de producirse.

Ahora, en el desarrollo de software, para que éste sea sostenible es necesario que se haga un uso responsable de los recursos. Se cree que el software debe ser fácil de mantener, o sea que si hay cambios en el negocio, se puedan realizar con un costo mínimo para que esto haga que su vida útil sí pueda ser larga y no dejen de funcionar rápidamente.

Los gigantes de internet fueron analizados por Greenpeace y éstos fueron catalogados en 3 criterios: su compromiso al 100% con las energías renovables, su información abierta y transparente sobre su suministro de electricidad y los esfuerzos que están haciendo para promover las energías renovables, con promover se refieren a desde hacer inversión propia, a ejercer presión política, hasta difusión pública.

Las que pasaron la prueba con un alto puntaje son: Apple, Facebook, Google, Switch, YouTube, iTunes, iMessage, WhatsApp, Instagram y Blogger.

La lista de los reprobados es bastante larga, entre los que destacan se encuentra Netflix, es tan grande que ocupa un tercio del tráfico de internet en horario pico, presenta un consumo de electricidad de la siguiente manera: un 30% del carbón, 26% nuclear, 24% gas y solo un 17% de renovables.

Si la idea es no usar energía proveniente del carbón, Netflix, Spotify, Twitter y Pinterest están reprobados.

Facebook está en la movida de las energías renovables porque hubo una campaña de presión pública, la gente pidió poner un “no me gusta el carbón” y se logró, actualmente existe una petición internacional para que Netflix también se pase a las energías renovables.

Algunas aplicaciones que se suman al esfuerzo verde son:

ECOSI: buscador de internet que dona casi el 80% de sus ganancias a diferentes organizaciones sin ánimo de lucro que están relacionadas con plantar árboles.

ABOUIT: te permite ver qué impacto tienen tanto en el ambiente, como en tu salud, los productos que compramos diariamente en los rubros de alimentación, cuidado personal, limpieza y electrodomésticos.

HUELLAS CUENCA: Sus parámetros te pueden servir de referencia para medir tu propia huella de carbono o lo que es lo mismo saber cómo tus actividades diarias, como cuánta luz consumes, tu uso de transporte terrestre, o el volumen del agua dulce que consumes, están afectando al cambio climático.

FUENTES:

– Acciona, S.A

-http://www.clickclean.org/usa/en/

-GCFAprendeLibre

– https://www.ecointeligencia.com/2017/07/huella-carbono/

-http://www.ciifen.org/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=99&Itemid=342&lang=es

– Área de Energía y Cambio Climático de Greenpeace