Día del maestro: El reto de dar clases en línea
Un día en marzo, les dijeron que no verían más a sus estudiantes en la escuela porque llegó el virus. Poco después, desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) les pidieron convertirse de la noche a la mañana en expertos en Google, Zoom, Facetime y cualquier herramienta de teleconferencia a la mano para dar clases a distancia y como pudieron, lo hicieron.
Día a día, por todo el país miles de estudiantes prenden sus pantallas, televisores y computadoras para ver a un hombre y una mujer hacer su mejor esfuerzo por tratar de mantener en movimiento el sistema educativo nacional en medio de la crisis del covid-19. Como nunca en la historia, los maestros mexicanos enfrentan un reto para el que no existen antecedentes ni manuales de operación.
Otro reto del que se habla poco en referencia a la educación en línea es que esta modalidad resalta la desigualdad socioeconómica que viven millones de familias. Lamentablemente, muchos estudiantes no cuentan con la tecnología, el espacio ni el ambiente necesario para poder cumplir con sus expectativas académicas. Además de estas barreras, se encuentra el miedo y la angustia que genera el hecho de que muchos padres de familia se están quedando sin empleo o familiares se están enfermando o muriendo.
María del Carmen Morillas es una madre de familia que vive en su pequeño departamento con cuatro hijas y su esposo. En entrevista para El Confidencial, comentó que sus hijas tienen de 11 a 15 años y que sólo tienen una computadora para todos, lo que dificulta el aprendizaje de sus hijas. Por suerte, les instalaron el internet hace poco y pueden tener acceso a las lecciones, comenta. Además, viven en un piso de 60 metros cuadrados, lo que tampoco ayuda a tener un espacio designado e ideal para aprender. Aún así, sobrellevan la situación haciendo la mayor parte de las tareas a mano y enviando fotografías a través del móvil como prueba a sus maestros.
Marta Físico, maestra de secundaria, comentó en el mismo medio que muchos de sus estudiantes son de clase baja por lo que algunos no pueden acceder a las clases que da en Google Classroom, pero algunos se apoyan en el dispositivo móvil de sus papás para cumplir con sus tareas. Noelia Otero, jefa de estudios de un colegio público dijo para El Confidencial que un 20 % de sus alumnos son víctimas de la brecha tecnológica ya que no cuentan con computadora e internet. Otro reto al que se han enfrentado es que las medidas de emergencia que se instauraron ante la pandemia del coronavirus, los tomó a todos por sorpresa, poniendo en evidencia que muchos docentes no tienen las habilidades tecnológicas y la formación necesaria para enseñar en línea, así como administraciones escolares que no cuentan con plataformas digitales idóneas para la enseñanza online. Ante estos retos, muchos educadores han recurrido a herramientas como Google Classroom para apoyarse y lograr dar clases a distancia.
En redes sociales los maestros hacen un llamado:
Mamá, Papá: si a ustedes no les gustan las clases en línea, imagínense a las maestras y maestros que han dedicado su vida a SER PRESENCIA en la vida de sus alumnos y de la noche a la mañana se volvieron VIRTUALES. No es lo que enseñan, es el cariño con el que miran, escuchan, abrazan, consuelan, orientan, contienen e inspiran a sus alumnos. Eso no se puede lograr en línea. A los maestros seguro les gustan tan poco o menos que a ti las clases en línea, solo que en este tiempo, es la condición para seguir con nuestros trabajos.
Sean cuidadosos con sus palabras, muchos maestros están empeñando toda su atención en entender y dominar los aspectos técnicos, y queda poco margen para ser creativo, innovador y espontáneo en las primeras sesiones, denles tiempo y seguro les sorprenderán, porque así son las y los docentes. Sean pacientes, sean empáticos y propongan en lugar de desacreditar. Pararse frente a una cámara no es fácil para todos, es como trabajar a diario en clase pública porque el juicio de los alumnos es muy diferente que el de sus padres.
Detrás de cada minuto de clase en línea, hay al menos una hora de trabajo. Acondicionando la sala, la recámara o el patio, haciendo material, realizando presentaciones, buscando vídeos atractivos, acomodando el teléfono con un cojín, una maceta o hasta una pieza de pan que andaba por ahí y sirvió de tripié. Cada video logrado, llega después de repetir tres veces la misma clase, descartando los anteriores porque tartamudeó, dudó o dijo dentro y era fuera
Todos estamos dando el 200%. El tiempo actual no es fácil para nadie, y todos necesitamos de todos. Los maestros necesitan de sus alumnos y de ustedes para sentirse fuertes. No los dejen solos.
Ante todos estos cambios que estamos viviendo a nivel mundial, se vuelve aún más importante la constante comunicación y cercanía entre padres de familia, educadores, administradores y alumnos, para saber cuales son los retos que están enfrentando y cómo superarlos juntos. Pero sobre todo, es importante que tanto padres como docentes tomen en cuenta que no todo tiene que salir perfecto, que está bien tener días malos y equivocarse. Todos estamos aprendiendo en este proceso.
Fragmento de: https://www.milenio.com/politica/dia-del-maestro-los-retos-de-dar-clases-en-linea y https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-online-retos-escuela-en-casa