Día de muertos
Hola chicharras, chicharros y blog-lectores, soy Biniza Callejas Bartolo, parte del equipo Infantil de RadioMás.
Este mes es uno de mis favoritos, y aunque muchos se llenan de nostalgia, los colores del papel picado, los olores de las resinas e inciensos, la luz de las veladoras y las velas, mas todo lo que acompañan al día de muertos, y con ese simbolismo que tienen de recordar a nuestros seres amados que viven en la eternidad y en nuestros corazones.
“SHANDU” (en vocablo zapoteco istmeño), (SHANTOLO en Huasteco} el día de los fieles difuntos es una de las festividades en la que las familias mexicanas se reúnen para construir altares de 7 o 9 escalones y arcos para celebrar a sus fieles difuntos, donde al ser querido se le ponen su foto y de miembros de la familia que ya marcharon, así como su comida favorita.
Me honra compartirles que tengo raíces istmeñas y por ello en el altar que le pongo a mis familiares no pueden faltar tamales, chocolate, champurrado, pan de muerto, mole negro, dulces de calabaza, agua, entre otras cosas.
En cuanto al adorno, coloco papel picado multicolores y adornos alusivos, flor de cempasúchil, cresta o pata de gallo roja, veladoras e inciensos, acompañados de música como La Llorona, La Sandunga, La Martiniana, La Paulina, entre otros sones istmeños de sonidos nostálgicos, aunque dependerá del hogar, la región, cultura o del gusto y creatividad de cada familia.
En el caso de mis abuelos en el Istmo, se ponen frutas de la región Istmeña como un petate nevo de colores con cocos, racimos enteros de plátano macho y roatán. En la entrada de la casa se adorna con la planta entera de plátano y su fruta si tiene, asimismo de cortan ramas frescas de sauce llorón para la entrada.
Todo esto no acaba solo ahí, también es muy común que los familiares visiten los cementerios.
Sin embargo, en la Cosmogonía Zapoteca, hay dos momentos de Celebración de los difuntos, una en la nos visitan como es en cada “Todos Santos” que los recibimos en casa y la otra cuando los visitamos a su “casa”, es cuando adornamos las tumbas con flores, veladoras y sahumerios, en ambos casos se le ofrenda su comida y antojos favoritos, música y se convierte al panteón casi en una fiesta.
Además, esta tradición tiene las famosas calaveritas literarias, que son versos, rimas y chistes en tonos pícaros, irónicos o burlescos que se hacen hacia la persona o personas homenajeadas.
Les comparto una calaverita de mi creación:
Como en todas las mañanas las voces infantiles de RadioMás sonaban.
¡Biniza pegó un grito!
Todos llenos de miedo temblaban pues una imponente invitada les esperaba,
¡Era la flaca!, quien luego, luego dijo: – Si no me dan el micrófono para a mandar saludos al público infantil de Chantli y La Chicharra estaré muy enfadada.
FATECA lleno de miedo al verla en la cabina se escondió. Mientras Balam buscaba al director, quien, al verla, luego, luego la corrió.
¡Adiós, adiós dijo la calaca!
Y aunque no es una amenaza, si no nos sintonizan cada mañana les jalare las patas.
Fue un gusto meterles un susto, se despide de ustedes la calaca.
¿Qué tal esta calaverita? Espero que les haya gustado, les invito a elaborar su papel picado y sus canastitas poniendo su creatividad, además, si les es posible reciclar sus adornos o elaborarlos con materiales que cuiden el medio ambiente.
¡Disfruten de esta excepcional celebración en México!
Se despide de ustedes, Biniza Callejas Bartolo.