Las mujeres en la ciencia: distintas y distantes
Aida Pozos Villanueva de la revista La Ciencia y el Hombre para el programa El Show de la Tierra
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora este 25 de noviembre, muchas voces del mundo se unen para denunciar la violencia hacia las mujeres y reclamar políticas para su erradicación. A propósito de eso, hoy les recordamos que en nuestra revista, una de las secciones preferidas y más antiguas trata precisamente sobre las dificultades que han tenido y tienen que pasar las científicas, por su simple condición de ser mujeres. «Distintas y Distantes: Mujeres en la Ciencia», es la gustada sección que tres veces al año levanta la voz para hacer visibles a tantas mujeres del mundo que han sido soterradas del gremio de la ciencia. La maestra Angélica Salmerón, a través de su inigualable pluma ha sacado a la luz a más de medio centenar de mujeres que han sido sojuzgadas en sus tiempos o violentadas en sus aspiraciones; les invitamos a descargar nuestra revista en https://www.uv.mx/cienciauv/seccion/revista/ y degustar esa sección. También recordamos un artículo publicado hace años en donde la denuncia es hecha no precisamente por una mujer, el Dr. Alberto Mercado, desde la Universidad Técnica Federico Santa María, de Valparaíso Chile, se suma a la denuncia y en pos de la reivindicación del género apuntala una noticia bien difundida: que en julio de 2014, por primera vez, el llamado nobel de las matemáticas fue otorgado a una mujer. La matemática iraní Maryam Mirzakhani recibió la Medalla Fields, premio otorgado desde 1936. La profesora de la Universidad de Stanford se convirtió en la única mujer en obtener ese reconocimiento, entre los más de 60 matemáticos a quienes se les ha otorgado, y apenas en 2019 otra mujer, Karen Uhlenbeck, gana por primera vez el Premio Abel a las matemáticas; sin duda una gran disparidad de género es perceptible.
En el contexto de los grandes premios, en otras ciencias ocurre una situación similar. Desde 1901 el Nobel de Física ha sido otorgado sólo en cuatro ocasiones a una mujer, y el de Química siete veces. Por supuesto que la ciencia no la hacen sólo los ganadores de los grandes premios, pero revisando las estadísticas sobre la comunidad científica tampoco obtenemos buenas noticias: según datos de la UNESCO, 30% de los investigadores del mundo son mujeres. En México, en la población de estudiantes de pregrado y posgrado, prácticamente hay paridad de género, pero la proporción de mujeres disminuye en las carreras científicas y tecnológicas.
Habrá que reconocer que durante el siglo xx se produjeron grandes cambios. Al mismo tiempo que en muchos países se ganó el derecho de las mujeres a votar, las universidades les abrieron sus puertas por primera vez; podemos decir que la mujer asiste a la universidad desde hace no más de 100 años, desde entonces hasta nuestros días la situación sin duda ha mejorado. Hoy una mujer puede obtener reconocimiento del mundo académico, situación impensable hace una centuria; pero estamos muy lejos de tener paridad de género en la ciencia. Aún nos queda la percepción de que las mujeres tienen dificultades para dedicarse a una carrera científica en igualdad de condiciones con investigadores varones. Al parecer en la educación que niños y niñas reciben se inculca el germen de la desigualdad. Cuando se habla de grandes científicos es común que se mencionen nombres de varones, pareciera que la ciencia es una actividad hecha por hombres y para los hombres. Esto desde luego no es así, y hay numerosos ejemplos de mujeres científicas que, pese a las dificultades, realizan grandes contribuciones. Conocer sus historias es importante para todos, pero quizá lo sea especialmente para las mujeres jóvenes a quienes se les cruza por la mente dedicarse a una carrera científica. Así que hoy alzamos la voz para enaltecer a esas mujeres que han vencido estereotipos y pese a ser violentadas han tenido el aliento decisivo para impulsarse en este mundo.