Xalapa, más allá de las inundaciones
Quienes somos usuarios de Twitter, el fin de semana nos encontramos con que Xalapa se encontraba entre los temas más comentados de esta red social. Lamentablemente, esto se debió a razones muy tristes, ya que el paso del huracán Grace dejó muchos daños en parte de nuestro estado, siendo la capital uno de los lugares con daños considerables, y sobre todo, con pérdidas humanas.
El recuento de los daños ya lo conocemos, pues vimos fotos, videos, noticias o lo vivimos en carne propia. Por eso, está de más seguir hablando de eso, en su lugar, es momento de reflexionar. Y es que eventos naturales como estos nos hacen recordar lo pequeños y vulnerables que realmente somos. Pese a los avances tecnológicos, a la domesticación de animales, a utilizar los recursos naturales a nuestro favor, nos damos cuenta de que no somos amos absolutos de nada y la madre naturaleza nos lo recuerda de vez en cuando.
Es por eso que debemos hacer conciencia sobre cómo estamos tratando a nuestro medio ambiente y sobre todo tomar acciones para cuidarlo a él y a nosotros mismos porque la destrucción que estos fenómenos dejan a su paso también suceden, en parte, por nuestra culpa.
Si tiramos basura en la calle, ésta tapa las coladeras, evitando que el agua de la lluvia fluya correctamente por el drenaje; si cortamos árboles tanto como lo hacemos actualmente, la tierra de zonas montañosas se reblandece con el agua y no tiene cómo sostenerse, causando deslaves. Si no damos mantenimiento a los árboles grandes o viejos, corre el riesgo de que sus ramas se rompan y caigan, causando daños materiales importantes o incluso poniendo en riesgo la vida de las personas.
Con estas acciones no significa que los fenómenos naturales dejen de suceder, pero sí podríamos disminuir un poco los daños que ocasionan. Dicen por ahí que es mejor prevenir que lamentar, pero prevenir es algo que nos cuesta mucho cuando hablamos del medio ambiente, porque pensamos que debemos dejarle un mejor mundo a nuestros hijos; como si fuera algo lejano, como si tuviéramos mucho tiempo para hacer o corregir, sin darnos cuenta de que las consecuencias de nuestros actos las estamos viviendo ya, en el presente